Rapipago se transforma de punto de cobranzas a centro de servicios y lo refleja con una identidad visual completamente renovada.
La red extra bancaria Rapipago cuenta con mas de 9.000 sucursales distribuidas a lo largo y ancho de la Argentina, convirtiéndose así en el principal centro de pagos del país. La marca lleva 25 años en el pais y con la meta de seguir adaptándose al entorno digital, concreta un cambio buscando pasar de negocio monoproducto a un centro integral de servicios.
En este marco, renueva su marca grafica: "“La nueva identidad está en línea con nuestro compromiso de cercanía y confianza, que utiliza como herramientas la comunicación y la tecnología”, explica el director Walter Barisone. "Este cambio es resultado de una renovada gestión que tiene entre sus principales objetivos la integración financiera, lo que facilita la operatoria de nuestros clientes para que las formas de pago se adapten a su estilo de vida”.
La propuesta de Rapipago se presenta con muchos de tópicos: Desde el símbolo hasta en su presentación: "La tipografía redondeada habla de la simpleza en la expresión y trasmiten los valores de la marca mostrándola tal cual es. Se diseñó también el nuevo isologotipo, cuyo valor está en su forma: un gesto, una sonrisa, una mueca."
Las tipografías no transmiten valores, los colores no producen sensaciones y la decodificación de los símbolos no es igual para todos. Aun así el punto más débil del proyecto es el isologotipo, un recurso que se utiliza, por lo visto, para todo. En un escenario posible podríamos ir a Rapipago a pagar Osde con la tarjeta Cordobesa y encontrar que las tres marcas comparten el mismo tipo de símbolo, aunque son tres entidades totalmente distintas. El problema del lugar común es todos pueden llegar allí.
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